Comunicado ante la desaparición de la prensa diaria en la provincia

La Tribuna de Cuenca fue reabierta en nuestra provincia en 2013, en plena crisis económica, y cierra su edición diaria impresa el próximo domingo, 3 de abril de 2016, año en el que los agentes sociales y políticos señalan indicios de recuperación. Cuenca vuelve a convertirse lamentablemente en una provincia sin periódicos diarios en papel.

La apuesta del Grupo Promecal por nuestra provincia no ha llegado a ser, en esta segunda ocasión, total. La Tribuna de Cuenca se instaló con el personal insuficiente para su estabilidad los doce meses del año y siete días de la semana. Así, se publicaba cinco de los siete días y cerraba varias semanas en verano por falta de personal.

En este tiempo, Promecal ha seguido invirtiendo en el resto de cabeceras de la región, mientras que en Cuenca, desde el punto de vista laboral, la reconversión de La Tribuna de Cuenca en un semanario pone a cuatro trabajadores en la calle, y resulta vergonzoso que incluso uno de ellos ha sido despedido por segunda vez. Ya atravesaron esta situación cuando La Tribuna de Cuenca cerró en 2009.

Desde hace años estamos viviendo la llamada “crisis del papel” y la migración al ámbito digital como camino natural de los periódicos. La realidad de nuestra provincia es bien distinta, tradicionalmente con índices de lectura bajos y un tejido empresarial débil, la decisión de publicar de forma impresa en el presente siglo se ha guiado no por las ventas, sino por el servicio público con un negocio basado en la industria de la construcción y en el reparto de la publicidad institucional a criterio de sus gestores.

El cuestionamiento del papel tampoco nos consuela cuando en diciembre de 2015 cerró la emisión de Popular Televisión y hace unas semanas el diario ABC decidió prescindir de los colaboradores diarios de su edición regional.

La sangría y déficit informativo que sufre Cuenca nos alarma y desasosiega. Sobre todo en el medio rural, donde el papel sólo subsiste con pequeñas iniciativas informativas hiperlocales que tratan de acercar la realidad a unos habitantes que siguen acostumbrados a ver las noticias de su pueblo en el periódico. Esperamos que este periodo de oscuridad traiga a la prensa local tiempos de competitividad y periodismo de calidad. Confiamos mucho en los profesionales de nuestra provincia, que ya han demostrado ser valientes en ocasiones anteriores ante situaciones similares a la hora de creer y defender esta profesión.

Profesionalmente, la pluralidad informativa vuelve a ser cercenada, y socialmente, los habitantes de la provincia tienen un medio menos al que acudir para saber qué ocurre a su alrededor. Y si uno no sabe lo que pasa, es menos libre, y cuando se pierde libertad en democracia, la democracia es menos democracia.

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